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7 pasos para superar la dependencia emocional

La dependencia emocional esconde una necesidad de control y seguridad, manifestada por alguien que no confía en sí mismo. Entender por qué es perjudicial y cuáles son los recursos para superarlo.

Cuando tu bienestar, tu felicidad o tu equilibrio emocional dependen de otras personas o de lo que hacen, es muy posible que manifiestes claros signos de dependencia emocional. Es una condición problemática que te impide afrontar las situaciones cotidianas como deberías, ya sea por falta de confianza en ti mismo o por miedo a estar solo.

¿Y tú? ¿Te has preguntado alguna vez cuál es tu nivel de dependencia emocional? Haz el test para averiguar la respuesta:

Según los expertos, la dependencia emocional está alimentada por la baja autoestima y la inseguridad. Como respuesta directa, la persona busca externamente en el otro, ya sea en una relación de pareja, familia o amigos, la seguridad que no tiene en sí misma. Se vuelven «adictos» a lo que estas relaciones son capaces de proporcionarles e incluso consideran que es imposible vivir sin ellas. ¿Puedes imaginar el sufrimiento emocional que esto representa?

Por lo tanto, para romper los vínculos de la dependencia emocional y superarla, es esencial empezar a comprender de dónde procede este apego, que no tiene límites. Esto significa reconocer los miedos y las limitaciones, pero también aprovechar el proceso de reflexión para comprender cuáles son tus propias potencialidades, porque todos las tenemos.

Es posible que se descubran heridas emocionales y situaciones inestables, pero esto nos permitirá, poco a poco, seguir un camino más autosuficiente. El proceso es lento y, en la mayoría de los casos, merece ser acompañado por un psicólogo especializado en desarrollo personal. Sin embargo, puedes empezar a cambiar haciendo pequeños ajustes en tu comportamiento y actitudes:

Empieza por reconocer que eres dependiente: nunca podremos superar algo que intentamos negar. El primer paso es saber siempre que te sientes emocionalmente dependiente y por qué existe ese apego excesivo. Intenta comprender lo que te ofrece cada una de estas relaciones, tanto lo positivo como lo negativo.

No tengas miedo a la incertidumbre: la dependencia emocional proviene de la necesidad de control, porque esto sería sinónimo de seguridad. Sin embargo, cuando se afianza, la relación se vuelve tóxica. Ser consciente de que el futuro no se puede controlar, de que la única esfera de influencia real que tenemos es sobre nosotros mismos (no sobre los demás), ayuda a afrontar lo que viene con una mente más abierta y con menos miedo, ya que lo incierto no tiene por qué ser necesariamente negativo.

Céntrate más en ti mismo: no se trata de ser una persona egoísta, sino de ser consciente de que lo que realmente importa es tu opinión, lo que piensas de ti mismo, no la opinión de los demás. Y es importante que trabajes en todos los puntos que contribuyen a reforzar tu identidad personal.

Ser capaz de decir que no: forma parte del equilibrio emocional saber decir que no. Tienes que entender que respetar al otro no significa renunciar a lo que es fundamental para recuperar y mantener tu autonomía emocional. Sé asertivo y respeta tu individualidad.

No vivas del pasado: el pasado enseña y, en este sentido, es siempre una referencia. Pero esto no significa que debas apegarte a esas experiencias, especialmente a las negativas. Eso es poner una carga en el presente que es totalmente innecesaria. El gran aprendizaje consiste precisamente en ser capaz de transferir las lecciones del pasado y aplicarlas al presente, para hacer mejor, ser mejor y sentirse mejor.

Cuestiona tus reglas: está claro que todas las experiencias vividas ayudan a conformar las «reglas» y creencias cuando se trata de relaciones, por ejemplo. El problema es que estas normas no siempre son objetivas ni reflejan la realidad. De ahí la importancia de revisarlas constantemente, según quién seas en el «ahora» y cuáles sean tus necesidades.

Asume la responsabilidad de tus emociones: los sentimientos pertenecen a la persona y es contraproducente culpar de ellos a causas externas. Tienes que entender que tú tienes el control y, precisamente por eso, eres responsable de cómo expresas tus emociones.

Para superar la dependencia emocional es fundamental que aprendas a estar bien por ti mismo. ¡Que sepas que esto es posible! No olvides pedir ayuda profesional si necesitas apoyo para conseguirlo.

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