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Pasar por un proceso de rehabilitación y superar las crisis de abstinencia no es nada fácil. La fuerza de voluntad es indispensable, pero hay pequeñas posturas que consiguen un efecto muy positivo.
Enfrentarse a la adicción significa librar una lucha sin cuartel contra los síntomas de la abstinencia, que son especialmente intensos en las primeras semanas. El camino nunca es fácil y exige mucha fuerza de voluntad. Pero es importante recordar que los pequeños gestos a menudo pueden desencadenar una ola de efectos positivos.
Con esto en mente, hemos enumerado a continuación pequeñas posturas y comportamientos que pueden ayudarte a soportar los efectos psicológicos y fisiológicos de la abstinencia, ya sea de alcohol, drogas o medicamentos.
El objetivo es desplazar el foco de atención de las personas que sufren adicción mediante la inclusión de nuevas tareas en su rutina, que pueden actuar como fuentes de motivación y estímulo.
Si eres familiar o amigo de un dependiente químico, piensa que estos consejos pueden ser una oportunidad para aprender nuevas formas de apoyar a este ser querido en un camino que no es nada fácil.
1) Salir a pasear
La actividad física tiene una serie de beneficios para el funcionamiento del cuerpo, mejorando el metabolismo y el estado de ánimo. Ambos son muy importantes en el proceso de retirada, al crear una base más sólida para la superación.
Además, caminar tiene un importante ingrediente social, ya que te permite ver a la gente, estar en contacto con la naturaleza, charlar y pensar en otras cosas que no sean, necesariamente, la adicción.
2) Haz una lista de pequeñas tareas
Intentar superar una adicción pasa invariablemente por momentos de ansiedad, nerviosismo, antojos… Dirigir esta energía acumulada hacia pequeñas tareas cotidianas puede ayudar a mantener una rutina más sana y equilibrada.
Cada día es un día para hacer algo que has estado posponiendo hasta entonces. Ordena un cajón, organiza una estantería, clasifica libros para donarlos, cuida el jardín, etc. El secreto es hacer una lista de pequeñas tareas, nada demasiado difícil de completar, ya que la sensación de «deber cumplido» es la responsable de la descarga de energía positiva.
Intentar hacer varias cosas a la vez o establecer un objetivo difícil de alcanzar sólo servirá para aumentar la frustración.
3) Encuentra una afición
En los casos de dependencia del alcohol, de las drogas o de los medicamentos, es fundamental romper gradualmente con la influencia que dicha sustancia ejerce sobre la persona. Para contrarrestar las experiencias negativas, nada mejor que encontrar algo que produzca placer, una afición que pueda ser fuente de alegría, energía y motivación.
Pintar, leer, escribir, ver series o aprender un idioma. También sirven las actividades de grupo, como jugar al fútbol, hacer teatro, clases de canto, etc. Lo importante es sentirse a gusto con la afición elegida, que sea algo capaz de despertar la voluntad de repetirla.
4) Voluntario
No está exento de jerga, pero ayudar a los demás es una gran manera de ayudarnos a nosotros mismos. Saber que estás siendo útil te devuelve una gran carga positiva. Así que considera seriamente la posibilidad de buscar alguna actividad que te permita entrar en contacto con el voluntariado.
Elige algo que despierte tu interés: los niños, las manualidades, las personas sin hogar, los huertos colectivos, el cuidado de los animales… En definitiva, es una oportunidad para ser más positivo y crecer con la experiencia de los demás.
5) Lee más
El hábito de la lectura es placentero, genera conocimiento y te permite conectar con diferentes realidades. Y también es un momento de encuentro con tus propias emociones, expectativas y necesidades.
Lee todos los días, aunque sea durante unos minutos. Con suerte, será una «adicción» más sana y constructiva.
