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¿No eres feliz en tu relación? ¡Reacciona!

¿Qué te ata a una relación que no te completa ni te hace feliz? Son cadenas, razones para seguir en la inercia que, invariablemente, te impiden vivir mejor. ¡Aquí tienes cómo cambiar!

Está en la naturaleza del ser humano ser terco y persistente, golpeando con los pies e insistiendo en un «sí» a algo que ya está destinado a un «no». Esa manía de querer cambiar a los demás, de transformar las relaciones, puede ser muy traicionera. Consulta los consejos de la psicóloga Maitê Hammoud.

Las transformaciones se producen de dentro a fuera y no al revés. La ilusión de que vendrán días mejores puede hacer que pierdas mucho tiempo de tu vida en una relación en la que no eres feliz, pero al fin y al cabo, si no te sientes querido, si no te sientes feliz, ¿por qué no reaccionar?.

Muchas personas se quejan de sus relaciones, y sienten que los días son grises y sin vida, pero sin la motivación necesaria ni siquiera pueden preguntarse: ¿qué te mantiene en esa relación?

No hay relaciones que únicamente ofrezcan días felices, pero estamos hablando de tu vida. Debes ser selectivo cuando algo o alguien disminuye tu brillo o te roba la alegría de vivir.

Solo tú sabes el peso que llevas por posponer las decisiones. Por lo tanto, algunas cuestiones no se pueden «apartar con el estómago». Esto puede repercutir negativamente en tu calidad de vida y en tu bienestar…. el momento de reflexionar es ahora!

Dudas

Muchas personas posponen el final de su relación por sentirse confundidas con dudas persistentes. Temen los remordimientos, pero sería inevitable señalar que los remordimientos solo cesan después de tomar las decisiones.

La duda puede ser un gran peso que cargas, pero puede perder gradualmente su fuerza a medida que tus pensamientos toman forma y trazas una dirección, construyendo una nueva perspectiva de futuro para tu vida.

Miedo a la soledad

Otro gran peso que impide el movimiento hacia nuevas direcciones es el miedo a estar solo. El miedo aparece principalmente en pensamientos que se refieren a no volver a sentirse amado, a no encontrar a alguien nuevo y a no poder reiniciar nunca tu vida emocional.

El miedo puede estar relacionado con cuestiones de baja autoestima e inseguridad, y suele disminuir cuando conseguimos valorar nuestras cualidades desde la construcción del amor propio.

Además, estar solo no es una sentencia de muerte, al contrario, ¡es una excelente oportunidad para reinventarse y reconstruirse! Pensamientos como:

He pasado mucho tiempo en esta relación, ya no tengo los amigos que tenía ni la vida social que tenía, ¿lo conseguiré?»

Ya no soy tan guapa como antes, me siento fuera de forma para estar soltera.

Son más comunes de lo que crees y podemos ser contundentes en nuestra respuesta.

¡Sí, lo harás!

Las transformaciones pueden ser confusas, pero también liberadoras. Terminar una relación puede ser una oportunidad para hacer nuevos amigos, rescatar viejas amistades y contactos, ir a nuevos lugares, conectar con gente diferente, cambiar tu rutina, hacer que sucedan cosas nuevas y redescubrirte a ti mismo. Muy probablemente no será como antes… será mejor!

Edad

Muchas mujeres piensan que son demasiado mayores para terminar una relación, ya sea un matrimonio o una relación de pareja, y acaban prolongando durante mucho tiempo una relación en la que ya no se sienten felices ni realizadas; a veces durante años o incluso de forma permanente.

La voluntad de vivir es independiente de la edad que tengas, mientras estemos vivos siempre tendremos la oportunidad de reinventar nuestras vidas. Sólo esta voluntad es la que necesitas para hacer elecciones sabias y decisivas para tu vida.

Dificultades para afrontar la pérdida

Tendemos a celebrarlo estando totalmente disponibles emocionalmente para afrontar las ganancias, con nuevas pasiones y nuevas relaciones, pero con extrema dificultad para aceptar las pérdidas, no aceptando cuando algo se acaba. La misma disponibilidad que debemos poseer para aceptar las ganancias, debemos desarrollarla para aceptar las pérdidas.

El fin de una relación no es sinónimo de fracaso, y mucho menos de que vayas a restar algo dentro de ti, sino de abrir espacio para nuevas ganancias.

Valor

Un gran obstáculo es la famosa zona de confort. Tal vez habría que cambiar el nombre tan popular por el de zona conocida, después de todo, la «zona de confort» puede ser extremadamente incómoda.

Sí, da miedo enfrentarse a situaciones nuevas, pasar por transformaciones… pero, para ser feliz, hace falta valor. No olvides que el valor está ahí, dentro de ti; sólo tienes que rescatarlo o construirlo.

La pereza de volver a empezar

Muchas personas afirman que les da pereza «volver a empezar» cuando piensan en el final de las relaciones y en las nuevas que van a empezar. La estabilidad forma parte de la «zona conocida», como hemos citado antes.

Pero, al fin y al cabo, dedicamos tanto tiempo y energía a realizar tareas y alcanzar objetivos, que deberíamos revisar nuestros conceptos cuando dejamos que la pereza se instale en nuestra vida afectiva.

Algunas preguntas pueden ayudarte en el proceso de reflexión:

  • ¿Qué te mantiene en esta relación?
  • ¿Sientes que podrías ser más feliz?
  • Cuando tu pareja no está presente, ¿sientes añoranza o alivio?
  • ¿Tienes deseo sexual por tu pareja?
  • ¿Cómo te ves dentro de 5 años?
  • ¿Cómo te ves dentro de 10 años?
  • ¿Te sientes querido?
  • ¿Te quieres a ti mismo?

Independientemente de las respuestas a las preguntas, el simple hecho de decir «sí» a la última pregunta ya es suficiente para dar un primer paso. Si te amas a ti mismo, no recibas menos de lo que crees que mereces o anhelas para tu vida. No prolongues el sufrimiento, valora tu vida poniéndote en primer lugar.

Asistencia

Reflexionar y tomar decisiones puede ser un proceso complicado, y a menudo puede estar relacionado con una baja autoestima. No olvides contar con apoyo para poder mirarte desde otras perspectivas y otros ángulos, capaces de ofrecer nuevas direcciones.

La psicoterapia ayuda en el proceso de autoconocimiento y fortalecimiento emocional, promoviendo la seguridad en la toma de decisiones y proporcionando el apoyo necesario para las transiciones.

No dediques tu tiempo a esperar el ansiado «final feliz» por más tiempo. Escribe tu propia historia. ¡Todos los días tienes esa oportunidad! No dejes la vida para después… busca ayuda, ¡valórate!

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